Todos hemos oído de forma cotidiana algún que otro refrán,
pero en pocas ocasiones pensamos, cuál es su origen o cual es la relación con
el mundo del protocolo o las buenas maneras. He aquí algunos ejemplos:
"Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan"
Una interpretación que podemos dar a este refrán, es que siempre hay que obrar en consecuencia con la manera de ser y personalidad de cada uno, no intentando ser la persona que no somos. Si se trata de actuar de otra forma diferente, tarde o temprano se descubre la verdadera personalidad y educación de cada uno.
"Donde no hubo despedida, no hay bienvenida"
En este dicho popular podemos observar que las buenas formas y la cortesia siempre producen beneficio. El comportamiento debe ser correcto cuando somos invitados a cualquier acto o celebración, sea del tipo que sea; tanto al llegar como al marchar, debemos saludar y despedirnos de los anfitriones.
Cuando vamos a un acto y nos marchamos del sitio sin despedirnos, seguramente no seamos bien recibidos en una ocasión posterior o al menos no habremos obrado correctamente, o como nos comenta este refrán a lo mejor no nos vuelven a invitar.
Exprese su satisfacción por la velada, felicite a los anfitriones, pero cuídese de exageraciones y excesos en sus halagos. Sobre todo hay que ser agradecidos y como dice otro refrán: “De bien nacidos es ser agradecidos”.
"Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan"
Una interpretación que podemos dar a este refrán, es que siempre hay que obrar en consecuencia con la manera de ser y personalidad de cada uno, no intentando ser la persona que no somos. Si se trata de actuar de otra forma diferente, tarde o temprano se descubre la verdadera personalidad y educación de cada uno.
"Donde no hubo despedida, no hay bienvenida"
En este dicho popular podemos observar que las buenas formas y la cortesia siempre producen beneficio. El comportamiento debe ser correcto cuando somos invitados a cualquier acto o celebración, sea del tipo que sea; tanto al llegar como al marchar, debemos saludar y despedirnos de los anfitriones.
Cuando vamos a un acto y nos marchamos del sitio sin despedirnos, seguramente no seamos bien recibidos en una ocasión posterior o al menos no habremos obrado correctamente, o como nos comenta este refrán a lo mejor no nos vuelven a invitar.
Exprese su satisfacción por la velada, felicite a los anfitriones, pero cuídese de exageraciones y excesos en sus halagos. Sobre todo hay que ser agradecidos y como dice otro refrán: “De bien nacidos es ser agradecidos”.
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